domingo, 28 de mayo de 2017

TOA - Domingo 8 - Ascensión: El comienzo una nueva era - Mt 28, 16-20


La Pascua comenzó con el Domingo de Pascua y terminará la próxima semana, el Domingo de Pentecostés, la fiesta de la venida del Espíritu Santo.

Nuestra vida es siempre ocupada, hay gente que entra y sale de ella, que como nosotros viene y va, todo el tiempo. Unos que nacerán, otros que morirán, unos llegarán y otros se irán, pero nunca se detiene. En todas las culturas y épocas, marcamos el momento del nacimiento y la muerte con ritos y ceremonias. Los nuevos bebés son recibidos y arrullados con ternura y cariño, con gozo y esperanza. Las muertes se lloran y se lamenta, y de muchas formas se hacen ceremonias de despedidas y nosotros oramos por los que se van. Es un ir y venir constante.

En las lecturas de hoy tenemos dos historias sobre la partida final de Jesús. Ambos fueron escritos por el mismo autor ... San Lucas. Lucas termina su Evangelio con la historia de la Ascensión de Jesús. Lucas comienza su segundo libro (Hechos de los Apóstoles) con la historia de la Ascensión contada de nuevo ... ..y también el comienzo de una nueva era.
Para San Lucas entonces, la Ascensión es tanto un final como un comienzo

La ascensión marca el fin de las apariciones de Jesús; es la finalización de su vida, de su misión en la tierra. Es el comienzo de una nueva etapa para los discípulos, la preparación para recibir el Espíritu Santo, el poder que viene desde lo alto. Es un paralelo con la historia de Jesús que fue revestido del poder de lo alto antes de comenzar su ministerio público.

En su bautismo, se llenó del Espíritu Santo. Por este motivo, la nueva iglesia, antes de comenzar su misión debe revestirse primero con el Espíritu Santo.

En la Ascensión, los discípulos escuchan su última instrucción: No estar ociosos esperando que llegue el futuro desde arriba o gimiendo sobre el pasado. El pasado debe ser puesto confiadamente en las manos y en el corazón de Dios! El Señor será glorificado, y se deduce que sus discípulos también participarán en su gloria. Debemos ir a participar en el mundo llevando un pedazo de cielo para compartirlo. Este es lo que significa la Resurrección y la Ascensión de nuestro Señor, el poder divino de su sueño evangélico! Que la muerte y Resurrección de Cristo nos mueva para hacer que la gloria de Dios more en la tierra. Que nuestra esperanza para el futuro nos inspire en el respeto por el presente. Que nuestro deseo del cielo no nos haga descuidar nuestro trabajo en la tierra.

El próximo domingo es nuestra fiesta especial del Espíritu Santo, así que toda esta semana, esperemos y oremos para ser revestidos y llenos del poder del Espíritu Santo.

________________________________________
Lecturas en lenguaje Latinoamericano, Ascensión del Señor, Ciclo A

Primera Lectura: Hch 1, 1-11
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.

Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".

Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?" Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".

Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse".

Salmo Responsorial: Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9
R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos, aclamen al Señor, de gozos llenos;
que el Señor, el Altisimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono.
Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos.
Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Segunda Lectura: Ef 1, 17-23
Hermanos: Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerlo.

Le pido que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa.

Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual sino también del futuro.

Todo lo puso bajo sus pies y a él mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y la plenitud del que lo consuma todo en todo.

Aclamación antes del Evangelio: Mt 28, 19. 20
R. Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor,
y sepan que yo estaré con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo.
R. Aleluya. 

Evangelio: Mt 28, 16-20
En aquel tiempo,
los once discípulos se fueron a Galilea
y subieron al monte en el que Jesús los había citado.
Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo:
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones,
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado;
y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
     ________________________________

Oración:

Concédenos, Dios todopoderoso,
darte gracias con santa alegría,
porque en la ascensión de Cristo, tu Hijo,
nuestra humanidad es elevada junto a ti,
ya que él, como cabeza de la Iglesia,
nos ha precedido en la gloria
que nosotros, su cuerpo, esperamos alcanzar.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.



domingo, 21 de mayo de 2017

TOA - Domingo 6 de Pascua - Lo sagrado y lo verdadero / Jn 14, 15-21

El saludo a los mayores y otras cortesías cívicas eran bien observadas entre los adultos y enseñadas a los niños y jóvenes. Ésto aún sobrevive en las zonas rurales. Cuando pasaba un cortejo fúnebre, los hombres todavía descubren sus cabezas como señal de respeto por los muertos y muchos se santiguan.

La mayoría de estas prácticas sociales se han ido de los barrios, lo mismo que el mundo de  nuestra infancia que los valoró tan altamente. El final de éstas prácticas sociales fue acelerado por el cine y la televisión, que promueven el igualitarismo y la informalidad y otros valores sociales que quieren imponer a todos. Y quién no piensa cómo ellos es insultado y condenado.

Lo mismo ha pasado en la liturgia manejada al antojo de un pastor, un grupo parroquial o religioso. Al privilegiar lo social, parece que hemos perdido algo de nuestro sentido de lo sagrado. Para nosotros, la Presencia Real era real.

Con la excusa del modernismo, éste sentido de lo sagrado ha sufrido el olvido, la burla y hasta la condena. Damos gracias que aún sigue vivo y saludable en muchos lugares de Norte, centro y Sudamérica. Los que quieren actuar la liturgia sólo desde la razón, han intentado "desmitificar"  la Misa y, al igual que los reformadores del siglo XVI, "despojar los altares de magia". 

Ya han desaparecido el trato respetuoso a Dios en nuestro lenguaje, así como los espacios del santuario, silencios y oraciones populares. A Dios se le ha obligado a unirse a nuestras filas igualitarias, total, "es uno de nosotros y entre nosotros.

El "Señor, mi Dios" que Santo Tomás pronuncia ante Jesús resucitado es para muchos racionales "una antigüedad, una mala interpretación, producto de devociones arcaicas  y hasta un cierto tipo de fanatismo". Lo sagrado, no tiene lugar en el mundo moderno de hoy y es siempre comparado con lo mágico. Damos gracias que aún existe esa "magia" entre los pequeños y los sencillos que nos despiertan con cariñosas bofetadas ante lo sagrado en sus vidas y sus minutos y horas de día.

 "Veneren al Señor en sus corazones", nos dice San Pedro en la lectura de hoy. Si Dios no es venerado como sagrado, nada más es sagrado. Ni el marido, ni la esposa, ni los padres, ni los hijos. Quizá eso explique el creciente deterioro de las familias. Aún se puede disentir y tener opiniones discrepantes pero como cristianos debemos hacerlo exponiendo nuestros argumentos "con cortesía y respeto", algo  notablemente ausente en la mayoría de los debates religiosos.

La reverencia a Dios, el respeto a las personas y la cortesía son todas las facetas de la misma virtud. Los que son corteses no siempre pueden ser creyentes, pero los descorteses nunca pueden ser verdaderos seguidores de Jesucristo.

"Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad"
El "Espíritu de verdad" tiene un rol especial y es muy necesitado hoy en día, ya que al parecer vivimos en la era post-verdad de "hechos alternativos".

El tipo de verdad que el Evangelio de Juan quiere compartir no es simplemente veracidad o evidencia verdadera sino la verdad de la relación, de fidelidad. Cuando alguien dice, con palabras o con un gesto desde la honestidad de su corazón: "Siempre seré verdadero contigo" lo que dice en realidad es "Siempre te seré fiel". Hablamos entonces de la verdad fundamental de las relaciones y, de hecho, de la verdad fundacional de la fidelidad de Dios en Jesús.

Ésta es la verdad verdadera, la verdad que nos hará libres. En nuestro Evangelio de hoy, el énfasis todavía está en la figura de Jesús, pero, como se despliega el Discurso de Despedida, el papel del Espíritu Santo es ricamente revelado como compañero, maestro, consolador e inspirador.

_________________________



Lecturas en Lenguaje Latinoamericano / VI Domingo de Pascua

Primera lectura: Hch 8, 5-8. 14-17

En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. 

La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe,
 porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo: 
de muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos, 
y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados. 

Esto despertó gran alegría en aquella ciudad.

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan. 

Éstos, al llegar, oraron por los que se habían convertido, para que recibieran el Espíritu Santo, porque aún no lo habían recibido y solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 

Entonces Pedro y Juan impusieron las manos sobre ellos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.

Salmo Responsorial: Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20
R. Los obras del Señor son admirables. Aleluya.

Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder,
cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable".
R. Los obras del Señor son admirables. Aleluya.
Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre.
Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres.
R. Los obras del Señor son admirables. Aleluya.
El transformó el mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto.
Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y poderoso.
R. Los obras del Señor son admirables. Aleluya.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia.
R. Los obras del Señor son admirables. Aleluya.

Segunda lectura: 1 Ped 3, 15-18
Hermanos: Veneren en sus corazones a Cristo, el Señor, dispuestos siempre a dar, al que las pidiere, las razones de la esperanza de ustedes. Pero háganlo con sencillez y respeto y estando en paz con su conciencia. Así quedarán avergonzados los que denigran la conducta cristiana de ustedes, pues mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres; él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado.

Aclamación antes del Evangelio: Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él.
R. Aleluya.

Evangelio: Jn 14, 15-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.

No los dejaré desamparados, sino que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes.

El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".

domingo, 14 de mayo de 2017

TOA - 5to Domingo de Pascua - Construyendo la casa de Dios - Jn 14, 1-12

Hoy vemos en los Hechos de los Apóstoles cómo el clasismo o la discriminación racial fue rápidamente resuelta en los primeros días de la iglesia. Los helenistas (conversos de idioma griego) se quejaban de que sus viudas no eran atendidas justamente por la naciente iglesia. La solución que dieron los apóstoles al problema muestra que los cambios no sólo son posibles sino necesarios para la salud de la iglesia.

Este pasaje nos recuerda que la oración y el servicio son dos importantes dimensiones de la vida de la iglesia y que vivir nuestra vocación cristiana requiere un equilibrio entre los dos. Somos llamados personalmente a la oración, al diálogo de adoración con Dios; y también, somo llamados al servicio. No importa lo que hagamos en la vida, de un modo u otro, nuestro trabajo afecta a los demás. Estamos llamados a servir con respeto y cariño a nuestro prójimo. El respeto y la cercanía con el prójimo nos ayuda a disfrutar de las tareas que hacemos, pues sabemos que son importantes para alguien.

La oración y la predicación de la palabra era primordial para los apóstoles; pero el servicio a las viudas y los necesitados en la comunidad también era vital. Por esta razón es que deciden nombrar a siete hombres de confianza para atenderlos, y los presentan en una ceremonia evocadora.

Los discípulos en Jerusalén aumentaron en número por esta forma de vivir y predicar. ¿Qué hacer para revivir esto en nuestros días?. ¿Es todavía necesario proclamar la palabra del Señor? ¿Aumenta el número de discípulos?

En su carta, San Pedro describe la iglesia como una casa espiritual, donde nosotros somos las piedras vivas con las que se ha construido la casa de Dios. Cada vez que oramos con Oración del Señor decimos 'que venga Tu Reino', ojalá esta oración nos anime a tomar alguna responsabilidad para difundir la palabra y contribuir al crecimiento de la iglesia. También podemos contribuir a la edificación de la casa de Dios mediante nuestra conducta y actitudes en la vida diaria.

La piedra angular de esta iglesia es Cristo mismo, y nos habla hoy en palabras alentadoras. Si se va, sólo es para prepararnos un lugar en la casa de su Padre, entre las muchas habitaciones. 

Así que, no importa quiénes somos o qué hacemos, hay un lugar para todos nosotros en el reino. Cada uno tiene sus propios dones de naturaleza y gracia, cada uno es importante para Dios, y las palabras de Cristo nuevamente nos recuerdan el respeto por todos y cada uno de los que fueron ejemplo para nosotros.

Hay tantas nociones acerca de cómo es Dios, y en nuestros días, muchos consideran Dios irrelevante, pero es porque su noción de Dios es defectuosa o está distorsionada. Jesús nos dice hoy que si queremos ver el rostr auténtico de Dios debemos mirarlo a Él. "Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí". Cuando vemos a Cristo en las páginas del evangelio preocupados por los demás, interesados ​​en todos, respetando a todos, animando a los pecadores a arrepentirnos, podemos reflejar en esto cómo es el Padre invisible. "Es el Padre, quien vive en mí, el que está haciendo esta obra".

_________________________________

Lecturas en lenguaje Latinoamericano


Primera lectura: Hch 6, 1-7

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días.

Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".

Todos estuvieron de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles, y éstos, después de haber orado, les impusieron las manos.

Mientras tanto, la palabra de Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.


Salmo Responsorial: Salmo 32, 1-2. 4-5. 18-19

R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo.
Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. 
R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. 
R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; 
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. 
R. El Señor cuida de aquellos que lo temen. Aleluya.

Segunda lectura: 1 Ped 2, 4-9
Hermanos: Acérquense al Señor Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo, destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.

Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios.

Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Aclamación antes del Evangelio: Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio: Jn 14, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy".

Entonces Tomás le dijo: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".

Le dijo Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le replicó: "Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta.

Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aun mayores, porque yo me voy al Padre".